01-09-2016, 17:27
Un nuevo funicular unirá los barrios lisboetas de Graça y Mouraria para atraer a más turistas
agosto 27, 2016
Un nuevo funicular unirá los barrios lisboetas de Graça y Mouraria, dos de los más tradicionales zonas de la capital lusa, cercanos geográficamente pero alejados por las fuertes pendientes y otros obstáculos. El artilugio, que está en construcción y cuya finalización está prevista para enero de 2018, unirá el ‘miradouro’ Sophia de Mello Breyner, situado en Graça y con una vista privilegiada de la ciudad, con la Rua dos Lagares, en plena Mouraria. La ciudad, que está construida sobre siete colinas, ya cuenta con varios elevadores para facilitar las comunicaciones entre barrios, como los de Gloria, Bica, Lavra y Santa Justa.
Ambos barrios están separados por obstáculos de piso irregular, desniveles en el terreno y una gran escalera, lo que dificulta la circulación y el uso de la zona para residentes y visitantes, por lo que fue necesario repensar la accesibilidad entre la parte baja de la ciudad y las colinas del Castelo y Graça
Pegado a la escalera de caracol de Graça, el funcicular pasará junto al Jardim da Cerca, pero su diseño contribuirá a salvar las vistas que ofrece el mirador. La salida es subterránea; dispone de escaleras por debajo del suelo, como si fuese un metro; en una intervención armoniosa. “Funciona como si fuese un pozo”, explica Helena Carvalho, de EMEL, empresa municipal de movilidad y estacionamiento de Lisboa.
El nuevo servicio va a permitir además la integración de la Alta Mouraria en los circuitos de visita de la ciudad y rentabilizar las inversiones realizadas durante los últimos años, con la colina del Castelo como una de las principales referencias de la ciudad lisboeta por su valor histórico, cultural y urbano.
Los barrios de Graça y Mouraria son de los más antiguos de la capital portuguesa. Tras la conquista de Lisboa, en 1147, los moros se instalaron en Mouraria hasta que fueron expulsados junto a los judíos 350 años después. Es la zona más multicultural de Lisboa, aunque mantiene el tipismo lisboeta, pese a la población foránea que lo habita; es cuna del fado. Graça, situado en la colina más alta de la capital lusa, fue construido encima de un olivar y acabó convirtiéndose en una región obrera tras la revolución industrial. Tras el terremoto de 1755, que arrasó toda la parte baja de Lisboa -reconstruida posteriormente y hoy conocida como Baixa Pombalina- y que causó cerca de 90.000 muertos, muchos de los lisboetas se instalaron aquí. Todas las rutas turísticas de Lisboa lo incluyen debido a su mirador y a la cercanía con el barrio de Alfama, donde se encuentra el Castelo de São Jorge.
Lisboa también tiene otros dos trayectos en los que se están introduciendo medios mecánicos para mejorar la accesibilidad. Hasta enero de 2017 se van a efectuar las obras que conectarán Martim Moniz con el Castelo, que estará cubierta parcialmente con una escalera mecánica y dividida en tres tramos. El plan incluye también la instalación de un elevador, con capacidad para cerca de 13 personas, entre el Campo de las Cebollas y el Largo da Sé, donde está la catedral, que tiene previsto comenzar en septiembre y completarse un año después.
agosto 27, 2016
Un nuevo funicular unirá los barrios lisboetas de Graça y Mouraria, dos de los más tradicionales zonas de la capital lusa, cercanos geográficamente pero alejados por las fuertes pendientes y otros obstáculos. El artilugio, que está en construcción y cuya finalización está prevista para enero de 2018, unirá el ‘miradouro’ Sophia de Mello Breyner, situado en Graça y con una vista privilegiada de la ciudad, con la Rua dos Lagares, en plena Mouraria. La ciudad, que está construida sobre siete colinas, ya cuenta con varios elevadores para facilitar las comunicaciones entre barrios, como los de Gloria, Bica, Lavra y Santa Justa.
Ambos barrios están separados por obstáculos de piso irregular, desniveles en el terreno y una gran escalera, lo que dificulta la circulación y el uso de la zona para residentes y visitantes, por lo que fue necesario repensar la accesibilidad entre la parte baja de la ciudad y las colinas del Castelo y Graça
Pegado a la escalera de caracol de Graça, el funcicular pasará junto al Jardim da Cerca, pero su diseño contribuirá a salvar las vistas que ofrece el mirador. La salida es subterránea; dispone de escaleras por debajo del suelo, como si fuese un metro; en una intervención armoniosa. “Funciona como si fuese un pozo”, explica Helena Carvalho, de EMEL, empresa municipal de movilidad y estacionamiento de Lisboa.
El nuevo servicio va a permitir además la integración de la Alta Mouraria en los circuitos de visita de la ciudad y rentabilizar las inversiones realizadas durante los últimos años, con la colina del Castelo como una de las principales referencias de la ciudad lisboeta por su valor histórico, cultural y urbano.
Los barrios de Graça y Mouraria son de los más antiguos de la capital portuguesa. Tras la conquista de Lisboa, en 1147, los moros se instalaron en Mouraria hasta que fueron expulsados junto a los judíos 350 años después. Es la zona más multicultural de Lisboa, aunque mantiene el tipismo lisboeta, pese a la población foránea que lo habita; es cuna del fado. Graça, situado en la colina más alta de la capital lusa, fue construido encima de un olivar y acabó convirtiéndose en una región obrera tras la revolución industrial. Tras el terremoto de 1755, que arrasó toda la parte baja de Lisboa -reconstruida posteriormente y hoy conocida como Baixa Pombalina- y que causó cerca de 90.000 muertos, muchos de los lisboetas se instalaron aquí. Todas las rutas turísticas de Lisboa lo incluyen debido a su mirador y a la cercanía con el barrio de Alfama, donde se encuentra el Castelo de São Jorge.
Lisboa también tiene otros dos trayectos en los que se están introduciendo medios mecánicos para mejorar la accesibilidad. Hasta enero de 2017 se van a efectuar las obras que conectarán Martim Moniz con el Castelo, que estará cubierta parcialmente con una escalera mecánica y dividida en tres tramos. El plan incluye también la instalación de un elevador, con capacidad para cerca de 13 personas, entre el Campo de las Cebollas y el Largo da Sé, donde está la catedral, que tiene previsto comenzar en septiembre y completarse un año después.