13-03-2014, 17:45
Carles, lo has clavado pero para entender el cariño a la marca también hay que tener en cuenta otras cosas. Por ejemplo, en mi caso (tengo 52 años) me regalaron un Ibertrén con la Alco 2100, el 8000 de primera, el de segunda y el furgón. Para conseguirlo tuve que sacar unas notas espléndidas en la evaluación que finalizaba en época navideña. Tendría unos 13 años, creo.
Tenía una enorme ilusión por aquel (para mí, entonces) juguete ya que lo veía anunciado en la TV (la Primera o VHF) a todas horas del día. Los anuncios eran tan buenos y la decoración de las cajas también que uno ya anticipaba la cantidad de cosas que iba a hacer con semejante composición. Supongo que no sería el único.
Ibertrén creció lo que creció debido a esas campañas publicitarias que consiguieron que una afición muy minoritaria se extendiera en muy poco tiempo. Hay que tener en cuenta que en esa época en España el tren era el medio de transporte por excelencia. La gente sabía de trenes lo que no sabe ahora ni de lejos. Ibertrén lo tuvo fácil.
Luego los catálogos que consiguieron hacerme ahorrar de mi exigua paga lo suficiente para un teleros de bobinas y un cerrado de ganado más un par de cisternas de dos ejes y un par de bordes bajos de dos ejes de regalos. Luego (milagro) al año siguiente en las mismas fechas, esperando los nuevos anuncios de Ibertrén apareció por casa la Alsthom rojo-plata que me permitió poder mover dos trenes.
De todo este material funciona todo perfectamente excepto la Alco que cayó varias veces de la mesa por exceso de velocidad y acabó rompiendo por varios sitios y una vaporosa que nunca anduvo bien.
Dicen que los primeros amores son para toda la vida
Tenía una enorme ilusión por aquel (para mí, entonces) juguete ya que lo veía anunciado en la TV (la Primera o VHF) a todas horas del día. Los anuncios eran tan buenos y la decoración de las cajas también que uno ya anticipaba la cantidad de cosas que iba a hacer con semejante composición. Supongo que no sería el único.
Ibertrén creció lo que creció debido a esas campañas publicitarias que consiguieron que una afición muy minoritaria se extendiera en muy poco tiempo. Hay que tener en cuenta que en esa época en España el tren era el medio de transporte por excelencia. La gente sabía de trenes lo que no sabe ahora ni de lejos. Ibertrén lo tuvo fácil.
Luego los catálogos que consiguieron hacerme ahorrar de mi exigua paga lo suficiente para un teleros de bobinas y un cerrado de ganado más un par de cisternas de dos ejes y un par de bordes bajos de dos ejes de regalos. Luego (milagro) al año siguiente en las mismas fechas, esperando los nuevos anuncios de Ibertrén apareció por casa la Alsthom rojo-plata que me permitió poder mover dos trenes.
De todo este material funciona todo perfectamente excepto la Alco que cayó varias veces de la mesa por exceso de velocidad y acabó rompiendo por varios sitios y una vaporosa que nunca anduvo bien.
Dicen que los primeros amores son para toda la vida
Luis Alberto